El economista Agustín Lodola encendió una señal de alarma sobre el nivel de endeudamiento de las familias argentinas y el creciente uso de las tarjetas de crédito para financiar consumos cotidianos. En diálogo con “Palabras más, palabras menos”, por LA CIELO 103.5 FM, explicó que en los últimos dos años el financiamiento de compras con tarjeta pasó del 37 al 47 por ciento, lo que significa que casi la mitad de las ventas se concretan hoy con crédito.
Lodola aclaró que este fenómeno no está relacionado con las promociones bancarias o de comercios, ya que la mayoría de las ofertas actuales se canalizan a través de billeteras electrónicas como Cuenta DNI, Modo o Mercado Pago. “Obviamente esas aplicaciones crecieron, pero la tarjeta creció más. Lo que está dimensionando esto es que la gente no llega a fin de mes y patea para adelante el pago de las compras”, sostuvo.
El economista -profesor de Ciencias Económicas de la UNLP y director del Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial de esa casa de altos estudios- se basó en datos oficiales del INDEC Para subrayar que este endeudamiento se da en un contexto donde las tasas de interés de las tarjetas siguen en niveles muy altos, cercanos al 80 o 90 por ciento anual, mientras la inflación oficial se ubica por debajo del 5% mensual. “La tarjeta de crédito volvió por una cuestión sencilla: porque se puede pagar en cuotas, porque no se llega”, afirmó.
Para dimensionar la gravedad de la situación, Lodola apuntó que mientras se desploma la venta de electrodomésticos en supermercados, crece la de alimentos, lo que deja en evidencia que la tarjeta dejó de usarse para consumos extraordinarios y se convirtió en un recurso para cubrir necesidades básicas. “Claramente se verifica que la tarjeta se está usando para pagar comida. La gente no llega a fin de mes y patea un gasto básico”, expresó.
Además, advirtió que este mecanismo -uno de los favoritos del gobierno de Javier Milei– tiene un límite. “No es infinita la capacidad de endeudamiento, y hay un punto en el que llegás al cupo”, señaló Lodola, y advirtió sobre las consecuencias futuras de financiar gastos corrientes con crédito caro.
Como dato adicional, precisó que según los informes del Banco Central, el stock de deuda con tarjeta de crédito creció un 83 por ciento en términos reales en el último año, revirtiendo una tendencia a la baja de los años anteriores. “El gasto no se está amortizando: se está pateando”, concluyó.