Cristina Fernández de Kirchner ya es la presidenta del Partido Justicialista. Asumió formalmente hoy en la UMET, donde no estuvo presente el gobernador de la provincia, Axel Kicillof, con agenda en el interior (Pehuajó, Carlos Casares y Bragado).
Al comienzo de su exposición, Fernández excusó a algunos de los ausentes y le envío un “fuerte saludo al compañero Ricardo Quintela”, gobernador de La Rioja y candidato rival en la frustrada elección interna del partido.
Fernández dijo que “por alguna razón divina” el acto de asunción fue este 11 de diciembre, después del primer aniversario del gobierno de Javier Milei, y no la semana pasada.
La expresidenta recordó que Javier Milei llegó a la presidencia prometiendo dolarización y motosierra. Y desde ese lugar, negó la idea de una estafa electoral. Interpeló a los asistentes sobre qué esperaban de un “vecino con cara de loco con una motosierra”.
No obstante, descartó que se trate de un experimento nuevo. “Es más viejo que el Sol”, dijo sobre lo que denominó la cuarta experiencia de “valorización financiera”, “la timba financiera”. “No hay modelo productivo en Argentina”, criticó Fernández, que dijo que el discurso de Milei de ayer estuvo “desconectado de la realidad”. “Este gobierno no tiene modelo productivo, tiene un modelo de valorización financiera”, resumió. Y en ese punto, de nuevo sobre el discurso de ayer, y a propósito de la relación salarios-dólares, Milei “se olvida de cuanto está la canasta básica en dólares”.
La expresidenta reconoció que el blanqueo de este gobierno fue “exitoso, mucho más que el de Macri”. Pero sentenció: “Fue la segunda burbuja financiera”. Ahí habló de la “primera gran falacia” libertaria y reitero que en una economía bimonetaria, la inflación está atada a la variación del tipo de cambio.
En otro pasaje, Fernández retomó los dichos de Milei sobre la apuesta argentina por la “energía nuclear”. “Hace décadas que Argentina es señera en materia de energía nuclear”, dijo la expresidenta, quien recordó quien impulso el desarrollo nuclear: “Perón, Perón, Perón…”.
Por otro lado, criticó el anunciado tratado de libre comercio con Estados Unidos. “¿Nadie le avisa (a Milei) que no somos complementarios con Estados Unidos?”. Habló de “desconocimiento, infantilismo y cholulismo”, una fascinación por Elon Musk que “tiene proyecto industrial, todo de lo que él reniega”.
Luego, Fernández habló del senador Edgardo Kueider, detenido en Paraguay. “No hay antecedentes en nuestra historia”, opinó sobre la detención in fraganti.
Y recordó tres momentos de la historia argentina: el asesinato de Enzo Bordabehere en 1935; el “diputrucho” de 1992; la “Banelco” de la reforma laboral en 2000; y este episodio de Kueider: “Un senador que fue clave en la aprobación de la Ley Bases. Doblemente clave: en la comisión, porque sin su firma no tenían despacho, y luego en el recinto, y empatando al votar”. Para Fernández, todos estos hechos tienen que ver con el “despojo de Argentina”.
Después recordó su posicionamiento durante el gobierno de Alberto Fernández (“Jamás deberíamos haber firmado el acuerdo con el FMI”) y repasó una vieja tapa de Clarín en la que se acusaba a su hijo Máximo Kirchner de ser titular de cuentas offshore (en días que Cristian Ritondo aparece salpicado por el tema); se hablaba de causas judiciales de Amago Boudou y Gildo Insfrán, que luego serían sobreseídos por Ariel Lijo (candidato del gobierno para la Corte); paro de la CGT por el impuesto a las Ganancias (“La CGT paraba”) y demandas de los jubilados por “reajuste de haberes”.
Acto seguido, habló de los empresarios, con importantes ganancias aun en sus gobiernos y que luego se embanderan con los ciclos de “depredación”. Y después, volvió al gobierno anterior y criticó: “No vale la pena llegar al Gobierno e intentar quedar bien con todos”.
“¿Qué hacemos en este escenario?”, se preguntó Fernández. Y habló de “cinco tareas fundamentales”: “El partido debe formar cuadros, políticos y técnicos; informar; planificar, divulgar; organizar”. Y adelantó: “Vamos a presentar en marzo una propuesta de trabajo, necesitamos formar e informar a la sociedad”; instó a los suyos: “Los dirigentes del PJ deben volver a ser militantes”; y advirtió: “No creernos que la historia empieza cuando una llega ni termina cuando uno se va”.
Y en el cierre, al momento de plantear los desafíos que se vienen, para el país en el mundo actual, Cristina Fernández cerró el acto de manera filosa. “Este hombre (Milei), que no entiende el mundo en el que vive, que está como si estuviera en Disney, en un cumpleaños, viendo a Rocky. Me hace acordar a Máximo cuando era chiquito y veía Rocky, pero Máximo era chiquito. No puede ser, no nos merecemos esto los argentinos, tenemos que trabajar para merecernos algo mejor”. (DIB)