La pérdida de poder adquisitivo de los salarios a causa de la recesión y la inflación quedó de manifiesto con el desplome del consumo de carne vacuna, uno de los indicadores que más se mira para medir el consumo de alimentos de los argentinos.

Un informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra) mostró una caída interanual de 18,5%, uno de los peores registros históricos de las últimas tres décadas.

Según el relevamiento, la ingesta por habitante de marzo pasado se ubicó en el equivalente a 42,6 kilos por año. El promedio de los últimos doce meses del consumo aparente de carne vacuna se sitúa en 50 kg por habitante por año en el tercer mes del año, mostrando una disminución del 4,2% respecto al promedio de un año atrás.

Faena y consumo de carne: números para el olvido

En marzo de 2024 la faena de hacienda vacuna sumó 1,054 millones de cabezas, «experimentando una importante caída interanual por cuarto mes consecutivo y marcando uno de los niveles de actividad más bajos de los últimos cuarenta y cinco marzos» explica el informe al dar cuenta de una caída del 13,3% .

La fuerte seca registrada en los últimos tres años forzó, por un lado, la venta de vientres y, por el otro lado, redujo los índices de preñez/parición, lo que se tradujo en una menor disponibilidad de terneros este año» advirtieron.

Sin embargo, a nivel de consumo las explicaciones se centraron en la pérdida del poder adquisitivo local. La situación pudo ser salvada, en parte, por los productores con el mercado de exportación.

En los tres primeros meses del año la exportación marcó un récord al representar el 32,9% de la producción. En tanto, el consumo interno representó el 67,1% de la producción, según Cicrra ( en 2023 en los tres primeros meses el consumo interno se llevó el 75,2% de la producción).

En términos absolutos la industria frigorífica vacuna faenó 278 mil cabezas menos que un año atrás. Y en la perspectiva histórica el nivel de actividad se ubicó en el puesto Nº 18 entre los últimos 45 años.

A nivel de consumo, los malos números no pudieron ser compensados siquiera por el indicador a la baja del rubro en términos inflacionarios. En marzo, el rubro ‘carnes y derivados’ tuvo una suba de 9,8% mensual, es decir 0,7 puntos porcentuales mayor a la de febrero, pero continuó siendo uno de los que menores subas registró respecto a otros productos alimenticios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *