El Papa Francisco aprobó este miércoles 8 de noviembre, el decreto de la Congregación para las Causa de los Santos que reconoce el milagro atribuido al venerable cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio, nacido en 1920 en la localidad de 9 de Julio y fallecido en Roma, en 1998.
Según informaron fuentes del Vaticano, la ceremonia de beatificación se hará en Luján antes de fin de año y, por parte de la Santa Sede, participará el cardenal español Fernando Vérgez Álzaga, titular de la Gobernación del Vaticano y secretario de Pironio durante 23 años.
La noticia de la beatificación se dio este miércoles, cuando el Papa autorizó al prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el italiano Marcello Semeraro, a publicar el decreto con el que la Santa Sede reconoce la intercesión de Pironio en la curación sin explicación científica de Juan Manuel Franco, un bebé que en 2006 tenía 15 meses cuando salió de un cuadro de coma profundo, luego de que sus padres le rezaran al futuro beato para que intercediera por él.
El anuncio de la beatificación se da luego de que, en primer lugar, una junta de médicos del Vaticano constatara que la curación de Franco «supera la ciencia médica», y después de que una Comisión de Teólogos corroborara que la familia del niño había rezado a Pironio por su sanación.
La sanación de Franco se dio luego de que, el 1º de diciembre de 2006, aspirara por accidente el contenido de un recipiente con purpurina (una sustancia pequeña hecha de pedazos de plásticos copolimerizados y metales), por lo que quedó en un cuadro de coma profundo.
Con el niño gravemente afectado, sus padres rezaron durante 13 días ante una estampita del cardenal Pironio, obsequiada por un sacerdote de la parroquia San Antonio de Padua, y al cabo de ese tiempo, el niño se despertó sin rastros de elementos tóxicos en la sangre.
El Papa había reconocido, en 2022, las «virtudes heroicas» del purpurado y lo había declarado «venerable».
Pironio, el más joven de una familia de 22 hermanos, fue el creador de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se siguen haciendo presencialmente de forma trianual, con la presencia del Papa.