El fin de una etapa, el fin de una era. El inicio de un legado y una leyenda. Ángel Di María se despidió de la Selección Argentina no por la puerta grande, sino por la puerta de la eternidad. Más de 17 años vistiendo la Albiceleste, 157 partidos disputados, seis títulos conseguidos y un enorme abanico de jugadas, lujos, goles, gambetas y momentos que quedarán grabados en la memoria de todos los argentinos.

La era Di María comenzó en el año 2007 y, a pesar de dejar un legado eterno, culminó con una histórica despedida en el Monumental, en la previa al duelo de la Scaloneta ante Chile por las eliminatorias. En el medio pasaron cuatro Copas del Mundo, seis Copas América, un Mundial Sub-20, un Juego Olímpico, una Finalissima, un Sudamericano Sub-20 y más de 100 partidos entre eliminatorias y amistosos internacionales.

A minutos del inicio del partido ante la Roja, jugadores y cuerpo técnico acompañaron al Fideo al campo de juego para que reciba toda la ovación de la gente. Junto a su familia y entre lágrimas, Di María agradeció el cariño de los hinchas y luego expresó: “Tengo muchos sentimientos por dentro. Voy a estar eternamente agradecido a mis compañeros, a todo el cuerpo técnico, sin ellos yo no estaría acá. Ahora soy un hinchas más. Voy a estar ahí arriba alentándolos, en Copas América, Copas del mundo. Le quiero agradece a mi familia también, siempre me bancaron a full».

Previamente, las pantallas del Monumental reprodujeron un breve repaso de su extensa historia con la Selección (acompañado por las palabras de su hija mayor) y reviviendo sus momentos más icónicos, como el gol ante Brasil en el Maracaná, el de Italia en Wembley y el de Francia en Qatar.

No podía faltar el saludo de él. Lionel Messi, ausente en el plantel por lesión, se sumó al homenaje y envió un sentido mensaje a su compañero y amigo, con quien compartió gran parte de su camino en la Selección. El capitán, desde Miami, expresó: “Quería estar presente con este video. Desearte que disfrutes mucho de esta noche. Te vamos a extrañar mucho, te deseo lo mejor siempre”.

Como no podía ser de otra manera, su último partido fue en la final de la Copa América 2024 ante Colombia, en lo que fue el último título de la Scaloneta. Más allá de los logros, dijo adiós un jugador que no se rindió nunca, que no bajó los brazos y que supo atravesar momentos adversos, quizás la mayor virtud del Fide. Nosotros, le decimos gracias y hasta pronto.

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