Rubén Giovanini estaba llegando a su casa, a 40 kilómetros de la Escuela Inchausti, cuando recibió un llamado del Coordinador de disciplina del establecimiento contándole que había aparecido marihuana en una de las mochilas de los estudiantes. Era miércoles a la noche: Rubén le pidió averiguar de quién era la mochila y empezar a trabajar para saber qué había pasado.

Mientras las autoridades ponían en marcha el protocolo, la información llegó distorsionad a medios nacionales y provinciales: algunos dijeron que la marihuana había sido descubierta personalmente por el director y otros que se sembraba y cosechaba en la escuela. Todo era mentira. Lo cierto es que apareció un kilo de marihuana y que antes de lanzar una comunicación oficial para notificar a los medios, la escuela se puso en contacto con la Universidad de La Plata -de la cual depende Inchausti-, siguió los pasos que indica el protocolo del Ministerio de Educación, dio aviso al servicio local y puso la causa a disposición de la justicia. «Hay que tener mucho cuidado cuando hay menores involucrados», dice Giovanini.

Al día siguiente del hallazgo, hablaron con estudiantes que se pusieron bastante incómodos frente a la situación. «Me sorprendió la naturalización de los chicos sobre este tema y el silencio por parte de las familias. Nos tocó entrevistar a las familias y nos encontramos con padres que hablan con naturalidad del uso de sustancias que en la escuela son ilegales. Sentimos un alejamiento cuando necesitamos más que nunca que estén cerca para construir la mejor propuesta educativa posible».

Personal de la Policía Federal y de la Provincia de Buenos Aires recorrió la institución, y en el Partido de Nueve de Julio se hicieron dos allanamientos. Por su parte, Giovanini viajó a la Universidad dos veces para poner en marcha los protocolos previstos: «Las familias creen que al estar en una escuela de campo, las problemáticas no llegan, pero todos los chicos tienen una vida afuera y nos atraviesan las mismas problemáticas que al resto de la sociedad», indica.

«Como adultos no podemos escondernos, hay que trabajar con la verdad, desde ahí se construye para tratar de bajar la naturalización del uso de marihuana», concluye el Director.

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