Nota publicada el 11 de diciembre de 2021
En 2021, la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Ciudad de Nueve de Julio, atendió más de cuatrocientos cincuenta casos de violencia por motivos de género. Aproximadamente, el 80% de ellos incluyen a mujeres que son perseguidas por sus ex parejas o parejas actuales. “Estos casos no sólo forman parte de denuncias formales, sino también de derivaciones de instituciones de servicios de salud, servicios locales, presentaciones espontáneas, entre otras. Una vez que llegan pensamos de qué manera encarar estratégicamente las problemáticas que se presentan de una manera muy compleja, no solamente en relación al riesgo sino a las posibilidades de enfrentamiento”, explica la Trabajadora Social y Coordinadora de la Dirección, Albertina Perazzo.
“Las violencias por motivos de género son una problemática social compleja, que requiere de abordajes complejos imposibles de resolver desde un solo espacio. Pensar que puede solamente ser abordada desde la Dirección o desde un espacio en un centro de salud, es imposible. Esa es la premisa que tenemos: poder pensar entre los organismos involucrados estratégicamente la forma de abordar mejor cada situación”. explica Albertina. Y es que cada situación es un mundo: no es lo mismo acompañar a una mujer que tiene la posibilidad económica de volverse autónoma, que encontrarse con una mujer en situación de extrema pobreza y con hijos a cargo. La cuestión habitacional, la situación de salud mental y de consumo y la carencia de redes afectivas son algunas de las problemáticas de acceso a los derechos más básicos, que por supuesto están atravesados también por las desigualdades de género. No hay sustento del Estado que pueda ser útil sin el acompañamiento del resto del rompecabezas que forman la vida social: esa mujer va a necesitar un trabajo para poder ganar dinero, y mientras tanto una guardería en la cual dejar a sus hijos. En situaciones ideales aparecería un techo donde pudiera vivir y así no depender de la persona que la violenta a diario. Pero la emergencia es demasiado urgente para el nivel de burocracia que incluyen las respuestas.
Es una obviedad entonces decir que en este escenario sólo será posible enfrentar tamaña complejidad desde estrategias interinstitucionales, interministeriales, con políticas de estado direccionadas concretamente hacia la toma de decisiones transformadoras.
Para Perazzo, las particularidades del distrito de Nueve de Julio parten de la heterogeneidad del territorio, de su población y del acceso a sus instituciones. Condiciones bien diferenciadas de lo que podría suceder en una ciudad del conurbano bonaerense o en CABA. Las características de ruralidad de gran parte del partido -que además de la ciudad cabecera, cuenta con nueve pueblos que dependen de la misma- configuran una realidad que debe ser analizada desde su particular historicidad, aspectos sociales, culturales, condiciones de trabajo, acceso a la tierra y la vivienda, instituciones existentes, historia en relación a la organización colectiva, estereotipos en relación a cuestiones de género, etc , etc. Aspectos todos con características diferenciales a la Ciudad Partido que necesariamente deben entrecruzarse, desandarse, analizarse para comprender la actual coyuntura en relación a las problemáticas, demandas y abordajes asociadas a las violencias por motivos de género. En ese sentido, hay varios y diversos obstáculos que se presentan en el acceso a las instituciones o a la justicia, que van desde la inexistencia de transporte público que conecte las ruralidades con las instituciones que abordan estas problemáticas, hasta las características de un pueblo chico, donde todas las personas son conocidas, o tienen algún parentesco o lazo afectivo en el que la exposición, el riesgo aumenta, provocando en muchos casos grandes dificultades en la toma de decisiones para el proceso de salida de las violencias.
En este sentido, Albertina indica que “una perspectiva de género no se construye de un día para otro, no hay posibilidad de pensarlo en esos términos, pero sí hay un marco legal que ordena y nos obliga a que todas las decisiones que se tomen tengan que estar pensadas en clave de género. Hay que pensar las distintas dimensiones de las violencias y las diferentes formas de abordaje de las mismas, la colectivización y las luchas son un elemento fundamental en toda esta coyuntura, también en el acompañamiento singular, ahí se plantean posicionamientos que van marcando precedentes en relación a eso. Son desafíos permanentes en una problemática que está en el centro de la escena y en la agenda del Estado, y eso no es menor (pero tampoco es suficiente)”.
Si pensamos en el vaso medio lleno en relación a las políticas de género, en el caso de Nueve de Julio, hace meses que el Área dedicada al tema pasó a ser Dirección, y eso significó un fortalecimiento del espacio, que incluye el trabajo de un equipo interdisciplinario conformado por una abogada, una trabajadora social y una psicóloga; con el plan a corto plazo de incorporar más personas en el marco del programa provincial “Comunidades sin violencia”, que tiene como objetivo fortalecer los abordajes contra las violencias por razones de género en los municipios, a la vez que apunta a trabajar sobre el diseño institucional de cada espacio para la gestión y el desarrollo local de políticas de género.
En ese sentido, este programa cuenta con tres líneas de trabajo: una es fortalecer los equipos locales de cada municipio; en segundo lugar construir o remodelar infraestructura para ampliar la Red de Hogares de Protección Integral que albergan a mujeres y familias en situación de violencia y las casas de medio camino; y por último desarrollar vías de acceso al trabajo para mujeres y LGTBI+, en articulación con las escuelas de formación en oficios. Además, se prevé la atención a varones que ejercen violencia.
“No hay una sola forma de salir de la violencia. La gente tiene que saber que puede acercarse al espacio que se sienta más cómoda, porque la denuncia es una herramienta fundamental pero no es la única. Por eso es importante contar con el acompañamiento de otra(s) persona(s), que pueden ser la vecina, la salita del barrio o la persona a cargo del comedor. Cabe poner énfasis en que será posible enfrentar la complejidad de las mismas si se elaboran propuestas territoriales, locales, intersectoriales e interinstitucionales capaces de construir estrategias de intervenciones integrales, colectivas, comunitarias”, concluye Perazzo.